(De La Nueva España)
Señor Areces: ¿Sabe por qué muchos profesionales de atención primaria nos sentimos frustrados?Primero, porque creímos realmente desde su inicio en la reforma de la atención primaria y muchos estamos colaborando en ella desde el principio.
Segundo, porque llevamos más de 20 años pidiendo, pacíficamente, mejoras reales (más tiempo de atención a cada paciente, por tanto, cupos más pequeños, reducción de listas de espera, menos burocracia, mejor coordinación con el segundo nivel y hospital para evitar pérdidas innecesarias de todo tipo?), sin una clara respuesta de los responsables de salud, salvo la habitual declaración de intenciones demagógica en medios de comunicación.
Tercero, porque nuestro trabajo, de por sí apasionante, es también agotador por la continua necesidad de empatía y de resolución de problemas con incertidumbre y riesgos, con un número elevado de pacientes al día en las consultas.
Cuarto, porque ya crean gran desasosiego las demandas urgentes diarias en el centro o en los domicilios, y, para colmo, las que surgen del 112 en mitad de las saturadas consultas ordinarias, que te obligan a abandonarla. Tema, por cierto, resuelto en algunas comunidades con un servicio de urgencia propio para ese tipo de situaciones que rompen la dinámica de trabajo habitual.
Quinto, porque vimos un atisbo de comprensión y reconocimiento cuando responsables del Sespa anteriores decidieron, hace ya más de siete años, que en esas condiciones de sobrecarga asistencial en las que se trabaja en ciertas áreas (reconocida por ustedes en el primer párrafo de la misma normativa de creación) era conveniente desarrollar un cuerpo de médicos y enfermeros específicos para la atención continuada urgente al que se llamó SAC (servicio de atención continuada).
Dicho esto, contemplamos atónitos como su nuevo consejero de Salud, como única medida cierta por ahora, tras normativas variadas y cambiantes, da una vuelta de tuerca definitiva a la atención primaria de gran parte de la comunidad y decide empeorar rotundamente, tras más de siete años, nuestras condiciones de trabajo, volviendo a jornadas de 14 o más horas. Difícil que de esto se deduzca una mejora de la calidad y de la atención a los pacientes, ¿no creen? ¿No dicen las encuestas del propio Ministerio de Sanidad que la población está contenta con nosotros y no tanto con aspectos relacionados con la gestión?, ¿por qué incidir en lo que funciona y no en los cambios realmente necesarios? Da la impresión de que nuestros gestores desconocen la realidad y planifican desde los despachos. ¿Alguien de ustedes, en el Sespa, entiende lo que decimos? Lo entienden probablemente los pacientes, los que nos conocen, los que nos ponen cara y nos ven trabajar a diario. ¡Gracias, por cierto, a todos ellos¡
¿De verdad creen que exprimiendo a sus profesionales saldrá algo positivo?, ¿creen que intentado enfrentarnos crean muy buen ambiente de trabajo en la empresa pública?, ¿no sé dan cuenta de que ya sabemos que después irán a «hacer mejoras» en otras zonas (rural, especializada?). ¿Creen que tenemos energía para seguir colaborando en cuestiones «extramédicas» como intentábamos hasta ahora?, ¿sabe lo que desgasta en una consulta de primaria pensar en ponerte en el lugar del paciente, hacer un buen diagnóstico, plantear un tratamiento adecuado, pensar en el gasto, lidiar con los tiempos de espera, dar la mejor salida posible a esa consulta, etcétera cuando estamos formados para ser responsables sólo de las tres primeras?
Por cierto, no reservamos nuestra energía para «la privada», los profesionales de primaria mayoritariamente no tenemos privada. Genial que la población esté atendida (nuestras familias y nosotros también somos población), que haya consultas mañanas, tardes, etcétera. Lo que no es posible es que los mismos podamos con todo ello, no somos limones. ¿Le gustaría ser a usted el paciente número 100 de un día de guardia, tras 14 horas de trabajo? ¿Creen que somos superhéroes de alguna película?. Hemos vivido hasta ahora atrapados entre nuestra vocación y nuestra disposición a colaborar en lo posible en un sistema público, pero muchos de nosotros (recuerden el apoyo que tuvo la huelga, por eso digo muchos ) nos estamos quedando sin fuerza de ánimo. Sus modos están agotando nuestro voluntarismo habitual.Trato como el que nos dispensa la empresa y retrocesos como el comentado y lo que esté por venir hacen que nos estemos sintiendo realmente mal.
¿Creen que no es significativo que dimitan el 100 por ciento de coordinadores de Oviedo y de Gijón y también de otras áreas, así como directores y gerentes de Oviedo y Avilés, profesionales todos ellos trabajadores y colaboradores con la empresa? ¿No es llamativo que no se atiendan los argumentos de las comisiones técnicas convocadas por la propia Consejería?¿Están muy interesados en quemar el sistema público a través de sus profesionales? ¿Tienen algo previsto para después? ¿Hay algún plan o es todo humo y parece que se hace algo sin más y todo a costa nuestra? ¿Se les olvida que en este sistema sanitario la base es la atención primaria? Si es así, van por buen camino. Estamos frustrados, porque nos están privando cada vez más de lo que esperábamos de nuestro trabajo, pero nos cuidaremos mucho de que no nos haga daño y nos apreciaremos como debe ser, ya que ustedes no lo hacen. ¿Han pensado quién quedará para cuidar de la sanidad pública? Ánimo a los que todavía tienen fuerza para creer en ustedes, y gracias por sacarnos del síndrome de «colaboración para nada» y abrir la caja de los truenos.
Pedimos respeto para el colectivo de atención primaria y para los pacientes que se merecen la mejor atención . Nuestra energía para el paciente y para «aguantar» nosotros los años venideros, el resto es cosa de ustedes.
María Jesús Barreda González, en nombre de la Plataforma para la Defensa de la Atención Primaria de Asturias. Oviedo